LOS PLASTICOS Y EL CÁNCER DE PRÓSTATA
Recientes estudios (*), han confirmado que el bisfenol A presente en casi todos los plásticos transparentes que habitualmente usa la industria para contener líquidos, las latas de conservas para recubrir su interior incluso algunos biberones de material plástico, interfieren con las hormonas de nuestro cuerpo y pueden ser precursones de cánceres hormono-dependientes como el de mama y próstata. Para prevenir estas consecuencias, es recomendable usar lo mínimo estos envases, pero sobre todo no calentarlos o exponerlos al sol ya que es cuando más cantidad de tóxico se desprende.
Esto hace tiempo que se comenta, la comisión europea ya ha advertido la necesidad de regular el uso de bisfenol y en España la sociedad Sespas, formada por 3800 profesionales (Médicos y científicos) cuyo portavoz el Dr. Nicolás Orea, ha advertido que la exposición en España es mayor que en otros paises y que estos compuestos (ED) son sustancias químicas sintéticas que tienen capacidad de alterar el equilibrio del sistema hormonal de los seres humanos y de otras muchas especies de seres vivos.
"Los disruptores endocrinos están presentes en muchos productos utilizados en nuestra vida cotidiana, como alimentos, agua, envases, juguetes, textiles, plaguicidas, productos de higiene y otros muchos artículos de consumo". Su presencia en el cuerpo humano puede producir problemas de salud reproductiva (infertilidad, malformaciones congénitas), tumores y otras enfermedades en los órganos productores de hormonas (mama, próstata, testículos, tiroides), enfermedades metabólicas (diabetes, obesidad), trastornos inmunológicos y afectar al crecimiento y desarrollo normal, entre otros muchos problemas.
Según denuncian los miembros de Sespas, "las fuertes presiones del lobby químico en Europa y España están obstaculizando la aplicación de los principios básicos de la Salud Pública a través de una regulación adecuada, así como la puesta en marcha de políticas de reducción de riesgos". Estas presiones para defender sus intereses corporativos "están retrasando la acción de todas las administraciones públicas para proteger la salud de la población".
El profesor Nicolás Olea es un referente mundial en disrupción endocrina, y lleva más de 30 años trabajando en el área de salud/enfermedad y medioambiente, concretamente en el estudio del cáncer hormono-dependiente. El "descubrimiento" de las hormonas en el medioambiente en 1987, durante su estancia como Fulbright Schoolar en Boston, Estados Unidos, significó un cambio importante en la orientación de los objetivos de su grupo de trabajo. En 1991 participó en el consenso para la definición de "disrupción endocrina" que tuvo lugar en Wingspread (EEUU) de la mano de Theo Colborn, responsable de contaminación química de WWF-US. En la actualidad, la hipótesis de trabajo de su grupo de investigación es ligar la exposición a compuestos químicos con actividad hormonal y enfermedad. Los investigadores de la UGR tratan de demostrar la exposición inadvertida de la población general a estos compuestos químicos y otros factores ambientales de interés, y aplican marcadores de efecto combinado en estudios epidemiológicos de diferente diseño y en muy distintas patologías.
